El canciller cubano Bruno Rodríguez expresó hoy en su cuenta de Twitter que «la manipulación política del gobierno de EEUU al pretender culpar a la República Popular China del origen del SARS-CoV-2 es irresponsable e inaceptable. Como acostumbra EEUU, miente para tratar de lograr sus objetivos políticos».
No es raro que el régimen de La Habana dé un espaldarazo a sus colegas comunistas chinos, pero llama la atención que lo haga, o lo reitere, ahora, más de un año y medio después de que el virus surgido en Wuhan inundara el mundo entero, tiempo durante el cual no pocos estados miraron a China como responsable, como mínimo de falta de transparencia, aunque la mayoría lo hicieron en voz baja.
Hay pocas explicaciones a la sobreactuación de Bruno Rodríguez; pero más convincente que su tuit, es la urgencia del régimen cubano de que China le asista en este momento tan delicado para la élite caribeña. Una ayuda que llega de inmediato en forma de vacuna, algo que debe haberle costado muchísimo al orgullo estéril de La Habana, pues tira por tierra toda su propaganda sobre sus vacunas que no han sido reconocidas ni por la OMS ni por la OPS, y que pareciera que no tienen la efectividad que han dicho; y demostrando también que ha sido una irresponsabilidad política no entrar en el programa Covax.
Cuba iniciará este domingo la aplicación masiva de la vacuna china Sinopharm en la provincia de Cienfuegos para frenar la rápida propagación del COVID-19.
Que las vacunas chinas lleguen a Cuba es una buena noticia para los cubanos. La broma pesada es la de Bruno, a quien poco le faltó decir que isla recibe las vacunas chinas como acto antimperialista. ¡Viva la solidaridad cubana con la pobre China acusada desde hace más de año y medio por Estados Unidos!
China es un socio importante de Cuba en términos de inversiones y no se debe descartar que en los próximos meses en varios sectores económicos cubanos se hable en chino, tal y como ya hemos advertido.
Last modified: 2 de septiembre de 2021